lunes, 25 de febrero de 2008

La Güera Rodríguez / El viento no es para siempre

El viento no es para siempre es una biografía novelada que desvela secretos de una mujer que durante los últimos años del Virreinato de la Nueva España, tuvo tratos cercanos con el Barón Alexander Von Humbolt, Agustín de Iturbide y Simón Bolívar, entre otros personajes históricos.
El nombre de esta mujer era María Ignacia Rodríguez (faltan otros nombres citados en su fe de bautismo) de Velasco y Osorio Barba. Su belleza inigualable pronto la hizo destacar y el apodo de "La Güera" se volvió inseparable de unos andares demasiado atrevidos para la época.
Ella contrajo nupcias con José Jerónimo López de Peralta de Villar Villamil, en septiembre de 1794. Once años más tarde quedó viuda y volvió a casarse con Mariano de Briones, un hombre de setenta años y mucha fortuna que tampoco logró sobrevivirle. En un hecho inusual para la época regresó al altar con Manual Elizalde. La Güera Rodríguez dedicó a la piedad los últimos años de su vida, en la Tercera Orden de San Francisco. Cuando ella murió a los setenta y un años; su marido se hizo jesuita y se ordenó sacerdote.
Entre otras historias se dice que la Güera Rodríguez, fue la modelo para la Virgen de Nuestra Señora de los Dolores que el escultor Manuel Tolsá, diseñó para el altar principal del Templo de la Profesa, ubicado en la actual ciudad de México, aunque también existan versiones que mencionan a María de la Paz, hija de la Güera como la persona inspiradora de Tolsá.


La Güera Rodríguez iba de los sitios privilegiados de la clase dominante de la Nueva España, a las reuniones donde los inconformes gestaban la Independencia de México. Nuestro personaje no vacilaba al pronunciarse a favor de la libertad. Tanto así que el Tribunal de la Santa Inquisición, la desterró a Querétaro, ciudad donde aumentó su relación con los inspiradores de la causa insurgente. Las crónicas de la época destacan su amistad con don Miguel Hidalgo. Incluso se dice que en reconocimiento a su importante desempeño en la creación del Plan de Iguala; Agustín de Iturbide, desfiló frente al domicilio de la dama no muy distante del Templo de la Profesa.

En El viento no es para siempre, Jorge Martínez Villaseñor, bien documentado en los archivos de la Biblioteca Pública de Jiquilpan, se adentra en descubrir misterios inevitablemente relacionados con la historia temprana de México. Las investigaciones realizadas desmitifican diversos supuestos convertidos en dogma y proporcionan datos para un mejor entendimiento de la historia de este país.

El viento no es para siempre es una obra imprescindible que los amantes de la novela histórica ya tienen a su disposición.

José Luis Velarde

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